Tabaco y Channel

Manuel leía tranquilamente en el living de su hogar, no sin sentir una pequeña opresión en el pecho. Hacia una semana que Martina se había vuelto a Argentina, luego de haber pasado más de un mes junto a él, allí, en su hogar de Santiago.

"Un olor a tabaco y chanel me recuerda el olor de su piel..."

Algo lo impulso a cerrar el libro y mirar por la ventana. Llovía y las gotas se pegaban en la ventana. Apenas si se veía hacia afuera, el vidrio estaba empañando y no dejaba ver a través de el. Era una escena deprimente, sobre todo cuando el chileno dejo el libro a un lado y prendió un pucho. Martina le había pegado aquel vicio, junto al de tomar en la noche. Normalmente solo bebía vino al almuerzo, pero ahora también bebía en la noche. Siempre lo mismo: el vino tinto, ella fernet.

"…Una mezcla de miel y café me recuerda el sabor de sus besos…"

Después de la cena, siempre venia lo mismo.  El se iba a su cuarto a hacer algo de papeleo y ella limpiaba la cocina, como si de su hogar se tratara. Todavía recordaba la primera vez que llego a su cuarto; había estado con dolores de garganta y le había ofreció limón con miel. La testaruda se había negado a aquello, pero comió miel a la hora de once junto a su mate. El se encontraba trabajando, por lo que sus largos dedos deslizándose por sus hombros lo tomaron por sorpresa.

"… El color del final de la noche me pregunta donde fui a parar, donde estas…"

El se volteo lentamente, sorprendido de no haberla oído entrar. Ella llevaba solo la parte superior su pijama, pero no se alcanzaban a ver sus pantis. Su rostro era sereno, pero se podía notar lo que quería. Y no solo ella, Manuel dejo los papeles a un lado, para poder levantarse y abrazarla por la cintura, apoyando su rostro en el hombro ajeno. El olor de su cabello era algo que jamás podría quitarse de la mente.

"… Que esto se vive solo una vez…"

El resto de la noche paso muy rápido para ambos, el la trato con cuidado y delicadeza, ella se dejaba hacer sin ninguna condición. No cabía duda que ambos estaban hechos el uno para el otro. Ambos se quedaron en la cama del joven y Martina no volvió a dormir en el cuarto de huéspedes desde entonces.

"… Donde fuiste a parar, Donde estas…?"

Manuel soltó el humo del cigarro atrapado en sus pulmones y se paseo por la pequeña sala. Todavía recordaba cuando él se ponía a leer y ella a dibujar o a tocar flauta traversa. Era una maravilla que ya no podría disfrutar hasta quien sabe cuándo. La extrañaba mucho, se arrepentía de nunca haber confesado sus sentimientos formalmente, pese a todas las veces que estuvieron juntos.

"Un olor tabaco y chanel y una mezcla de miel y café…"

Necesitaba  su risa,  su compañía, su humor, sus peleas, sus gritos, sus besos, sus caricias, su cabello, su hermoso estilo de moda, sus ojos color cielo, sus labios que siempre lograban volverlo loco, aquellos largos dedos, aquella nariz respingada, sus perfectas piernas.. La necesitaba a ella.

"… Me preguntan por ella, me preguntan por ella...."

Dejo la colilla del cigarro en el cenicero sobre su escritorio y volvió su vista a la ventana. Quizas si la llamaba podría sentirse mejor. Tomo su celular, pero se detuvo a medida que una duda lo asaltaba, La podría ubicar? Seguro estaba trabajando y no podría comunicarse con ella de ninguna manera… Nego con la cabeza y marco de todas maneras el numero argento, con la esperanza de que contestara el teléfono.

"… Me preguntan también las estrellas, me reclaman que vuelva por ella…"

Pasaron los segundos y no había señal de ella. Lo sabía, sabía que no podría ubicarla. Corto el teléfono y se quedo mirándolo con amargura, no sabía qué hacer. Decidio marcar de nuevo, quizás no había oído el timbre. Lo intento cerca de cinco veces, pero no había caso.

"… Ay, que vuelva por ella…"

Iba a por la sexta  llamada, ya se había resignado a seguir intentando e iba a cortar por ultima vez, cuando alguien le contesto. –Te estaba esperando, che.- Dijo la voz más perfecta para los oídos del chileno. Las lagrimas bajaron por su rostro a medida que susurraba un leve Te amo.

"… No se va, no se olvida, no se olvida nada."